¿Alguna vez te has preguntado qué es el cielo y cuántos existen? La Biblia, fuente de inspiración y guía para millones, nos habla de un universo mucho más complejo que lo que nuestros ojos pueden ver. En ella encontramos la mención de “cielos” en plural, cada uno con su propia función y significado. En este artículo, exploraremos la fascinante idea del “primer cielo” tal como se presenta en la Biblia, desentrañando su naturaleza, simbolismo y cómo se relaciona con nuestras vidas.
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El concepto de múltiples cielos en la Biblia es una ventana a una cosmovisión diferente a la que conocemos hoy en día. En la época en que se escribieron los textos bíblicos, la gente tenía una comprensión limitada del cosmos. El cielo se veía como una serie de capas o niveles, con la tierra ubicada en el centro. Este modelo, conocido como geocentrismo, ha sido refutado científicamente, pero el simbolismo de los cielos en la Biblia sigue resonando en la actualidad.
Entendiendo el Primer Cielo: Espacio Terrestre y Fenómenos Atmosféricos
El primer cielo, en la Biblia, hace referencia al espacio más cercano a la tierra. Es la esfera que abarca todo lo que podemos ver y tocar: los animales, las plantas, el aire que respiramos, las nubes, e incluso las estrellas. En el libro de Génesis, leemos: “Hizo Dios también las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que gobernase el día, y la lumbrera menor para que gobernase la noche; e hizo las estrellas” (Génesis 1:16). Esta mención de las estrellas nos da entender que el primer cielo abarca también aquellos cuerpos celestes que brillan en la noche.
El primer cielo, por lo tanto, no se limita a la atmosfera terrestre, sino que se extiende hasta el espacio donde podemos observar los astros. Es un espacio que nos rodea y que nos conecta con el mundo natural. En las Escrituras, el primer cielo a menudo se utiliza como un símbolo de protección, provisión y la presencia de Dios. Por ejemplo, en el Salmo 104:2, se dice: “El que cubre con aguas la tierra arriba, que las envía sobre los montes”. Esta imagen nos habla de cómo el cielo, como una gran bóveda, protege a la tierra y a todo lo que contiene.
Más que un Espacio: El Primer Cielo como un Lugar de Actividad Divina
El primer cielo no es meramente una zona geográfica. Es también un lugar donde Dios tiene una presencia activa. La Biblia nos describe como Dios recorre el primer cielo, observando la creación y custodiando a los seres humanos. Salmo 147:8 dice: “El que envía el viento y hace brotar la hierba, que da alimento a los animales y a los hijos de los hombres.” En este pasaje, vemos como Dios se mueve a través del primer cielo, enviando viento, haciendo crecer la hierba y sustentado a toda la creación.
Jesús mismo, en su ministerio terrenal, habló de la presencia de Dios en el primer cielo. En Mateo 6:26, Jesús dijo: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.” Estas palabras nos recuerdan que Dios, aún en el espacio que podemos observar, cuida a sus criaturas. El primer cielo nos habla entonces no solo de un espacio físico, sino de una presencia divina, de un Dios que se interesa por nuestra vida y por el bienestar de la creación.
Simbolismo del Primer Cielo en el Antiguo Testamento
El primer cielo, tal como se describe en el Antiguo Testamento, tiene un simbolismo doble. Es, por un lado, un lugar de belleza y orden. El cielo azul, las estrellas brillantes y el ciclo diario del sol y la luna nos muestran la armonía y la sabiduría divina. Pero, por otro lado, el primer cielo también representa el lugar de los juicios de Dios sobre la tierra. En el Salmo 18:10, se dice: “Y descendió, y oscureció debajo de él, y densas tinieblas debajo de sus pies.” Este pasaje nos habla de la oscuridad que cubre la tierra como consecuencia del pecado.
El primer cielo, entonces, nos habla de la doble naturaleza de la realidad en el mundo: la belleza y el orden, pero también el juicio y la consecuencia del pecado. En la Biblia, la presencia de Dios en el primer cielo se asocia a veces a juicios sobre la tierra, como la lluvia torrencial del diluvio o la plaga de langostas. Este simbolismo nos recuerda que Dios no es indiferente al bien y al mal, sino que tiene un interés activo en la historia humana.
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El Primer Cielo en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, encontramos una perspectiva más profunda sobre el primer cielo. Si bien se conserva el carácter físico, también se enfatiza el aspecto espiritual. Jesús, en su ascensión, traspasó el primer cielo y entró a los lugares celestiales. En Hechos 1:9, se dice: “Y habiendo dicho estas cosas, fue alzado en el aire, y una nube lo recibió de sus ojos.” Este pasaje nos indica que el primer cielo es un espacio intermedio entre la tierra y el lugar de la presencia de Dios.
La ascensión de Jesús nos da entender que el primer cielo no es el final del recorrido, sino una etapa transitoria. El objetivo final es alcanzar la presencia de Dios en los cielos superiores. El primer cielo, entonces, nos recuerda la naturaleza ascendente de nuestra fe, la búsqueda de una realidad que trasciende lo material.
Cual Es El Primer Cielo Según La Biblia
Conclusion
El primer cielo, según la Biblia, es un espacio complejo que nos habla de Dios, de la creación y de nuestro lugar en el universo. Es un lugar que representa la presencia de Dios en el mundo, su cuidado por la humanidad y su juicio sobre pecado. El primer cielo nos recuerda que nuestra vida no se limita a lo terrenal, sino que estamos llamados a buscar una realidad superior.
Aunque nuestra comprensión del universo ha avanzado más allá del modelo antiguo del geocentrismo, el simbolismo del primer cielo en la Biblia sigue siendo relevante. Nos ayuda a apreciar la belleza y la complejidad del mundo que nos rodea, a entender la presencia activa de Dios en nuestras vidas y a aspirar a una realidad que trasciende lo visible.